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El Mensaje de Fátima

Entre los meses de mayo y octubre de 1917, nuestra Santa Madre se apareció a tres pastorcitos cerca de Fátima, Portugal, y les dio un mensaje para el mundo que ha llegado a conocerse como el “Plan de Paz Celestial.” Ella advirtió a los hombres que, si no enmendaban sus vidas, Dios se vería forzado a castigarlos por medio de guerras y otros sufrimientos.

The first visit of the Sisters to the Cabeco, the site where the Angel of Portugal appeared several times to the Fatima children.

Antes que Nuestra Señora apareciera, los niños fueron visitados por el Ángel de Portugal. Éste les dijo: “¿Qué estáis haciendo? ¡Orad! ¡Orad mucho! Los santísimos corazones de Jesús y María tienen sobre vosotros designios misericordiosos. Ofreced continuamente vuestras oraciones y sacrificios al Altísimo… Ofreced al Señor todo lo que les pudiese mortificar en reparación por tantos pecados con que se le ofende y como súplica por la conversión de los pecadores… Sobre todo, aceptad y soportad con sumisión los sufrimientos que el Señor quiere enviaros. Tomad el cuerpo y la sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad los delitos de éstos y consolad a vuestro Dios.”

Cuando nuestra Santa Madre se apareció ante los niños, les preguntó: “¿Queréis ofreceros al Señor, prontos a aceptar todas las penas que Él quiere enviaros, en reparación de los muchos pecados con que se le ofende, y pedir la conversión de los pecadores?… Entonces, muy pronto tendrán qué sufrir mucho, pero la gracia de Dios les confortará siempre.”

“ …¿Sufrís mucho? No desesperéis. Yo no os abandonaré jamás. Mi corazón inmaculado será vuestro refugio y el camino que os llevará a Dios. Sacrificaos por los pecadores y decid con frecuencia, especialmente al hacer algún sacrificio: ‘Oh Jesús, lo hago por tu amor, en reparación de las injurias cometidas contra el inmaculado corazón de María y por la conversión de los pecadores.’

“Rezad el Rosario todos los días para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra… Si los hombres hacen lo que yo os diré, muchas almas se salvarán y habrá paz. La guerra [La Primera Guerra Mundial] está por terminar; pero si no cesan de ofender al Señor, bajo el próximo pontificado (de Pío XI) comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que aquello es la gran señal que os envía Dios de que castigará al mundo por sus muchos delitos, mediante la guerra, el hambre y las persecuciones contra la Iglesia y contra el santo Padre.

“Para prevenir esto, he venido a pedir la consagración de Rusia a mi inmaculado corazón y la comunión reparadora los primeros sábados de cada mes. Si se da oídos a mi demanda, Rusia será convertida y habrá paz. De lo contrario, ella esparcirá sus errores por el mundo, suscitando guerras y persecuciones contra la Iglesia; muchos buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán aniquiladas.

“Jesús desea hacer uso de vosotros para que los hombres me reconozcan y amen. Él desea establecer en el mundo la devoción a mi corazón inmaculado.

“Habéis visto el infierno, donde van a parar las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, Dios quiere establecer en el mundo la devoción de mi inmaculado corazón. Orad, orad mucho y haced sacrificios por los pecadores. Recordad que muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y ruegue por ellas.”

Este mensaje, de que los hombres “deben enmendar sus vidas y pedir perdón por sus pecados” y que “ya no ofendan a Dios, pues ya está muy ofendido,” está dirigido a todos nosotros, seamos religiosos o laicos. Nuestra Congregación quiere promover este mensaje, a fin de que la gente pueda, mediante el rezo diario del rosario y el ofrecimiento de sus oraciones y sacrificios exigidos por sus deberes diarios, restaurar el órden temporal en Cristo.